viernes, 21 de junio de 2013

La Poesía... el destape del alma ...





 
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POESIA COLOMBIANA
Se reproducen algunos de los poemas de los libros presentadosdurante el curso del año en la Casa Silva.
 
Miguel Méndez Camacho (Cúcuta, 1942). Poeta, abogado y periodista. Desde 1991 es decano de la facultad de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad Externado de Colombia. Obra poética: Los golpes ciegos (1968), Poemas de entrecasa (1972), Instrucciones para la nostalgia (1986) y Desencantos y cantos (2003).

 
Recuérdame, desnuda
¿En qué bar estarás
donde tu risa
suene más que la música?
¿Dónde tu pelo sea
el rincón más oscuro de la fiesta
y tu escote
la ventana mejor iluminada?
Alguien sabrá que eres impredecible
de la cintura para abajo,
hacia arriba te salva la sonrisa
y esa mirada ausente
como si no quisieras compañía.

¿A quién decidiste seducir?
¿Algo tiene de mí                          
tu próxima aventura?

Recuérdame, desnuda
y no olvides
que nadie sabe más de tu cuerpo
que mis manos.
La otra
De todas las mujeres que te habitan
hay una agazapada que me espera.
No la recatada, la escrupulosa, la puntual,
la sutil comprensiva,
la translúcida,
la dignísima requetesabida.
La otra:
la enajenada, la procaz, la posesiva,
la lasciva imprevista,
la insaciable, la cruel, la inoportuna,
////////// la única respetable
de esas tantas mujeres que te habitan.


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Eduardo Gómez (Boyacá, 1932). Poeta, crítico de arte, ensayista y profesor universitario. Entre sus libros de poemas publicados se destacan: Restauración de la palabra (1969), El continente de los muertos (1965), Movimientos sinfónicos (1980), Poesía reunida 1969-1985 (1985), El viajero innumerable - Historia baladesca de un poeta (1988), Las claves secretas (1998) y Faro de luna y sol (2002).
 
Faro de luna y sol
Tú que en la inmensidad de las noches
tratas de preservar la luz del viejo faro,
-que aún guía hacia un puerto escondido-
estás demasiado solo y lejos de la ciudad
abandonado bajo un cielo de aves de rapiña
viendo a los tiburones rasgar las aguas mansas
y escuchando apenas la música celeste
amenazada siempre por estruendos de taberna.

Ya es inútil implorar a dioses muertos
y esperar la palabra justa y fundadora
de aquellos que tiranizan la ciudad.
A este ruinoso puerto ya no vienen barcos
y sólo algún amigo recuerda que no has muerto
y te trae un libro (¡demasiadas palabras!)
o, vuelto hacia el pasado común, calla.

Pero ellos, los "felices", buscan la
///// oscuridad/cómplice
sus risotadas profanan el silencio consagrado
y su salud brutal aplasta brotes entreabiertos
amenaza, devorante, los nobles dones de la tierra
y trafica con libros de sabiduría inmemorial.
No obstante, debes vivir entre ellos y por ellos
tu faro requiere de su pericia y su técnica
y tu debilidad soñadora de su astuta fuerza.
Todavía son tus hermanos de sangre
(aunque sus alas rotas estimulan su astucia
y su corazón trabaja como una bomba de tiempo
reseco y agrietado por la sal de ajenas lágrimas)
y con ellos habrás de recorrer el desierto y sus oasis,
pues los monólogos que indagan bajo una
///// sola/lámpara
excluyen el mensaje de multitudes laboriosas
entablan con la luna diálogos delirantes
y desean consolar hipotéticas glorias.

Es necesario resguardar aquellos sueños
que nos invisten como oficiantes del seráfico vuelo
y como insurgentes de la ciudad tormenta.
Tan sólo será posible compartir con solitarios
que saben anhelar la utopía de un futuro
porque han comprendido que todos -sin saberlo-
nacemos con un sol y una luna en el pecho
y el latente esplendor y la angustia de milenios.
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Guillermo Alberto Arévalo.(Bogotá, 1947). Crítico literario, docente universitario y poeta. Entre sus libros de poesía podemos mencionar: Hay un grito escondido, Andamos formando un amanecer, Habanera //y Estaciones.
 
La mamá grande

Da color con sus óleos a los grises
De las cabezas tristes de la clínica.
Verla pintar reúne
Más público
Que el voleibol de al lado.
Cambia su carácter de manera bien brusca,
Intempestiva.
Pero su generosidad no tiene límites.
Es la madre adoptiva
De tantas semihuérfanas                                                                 
Que por ahí pasaron
Y la visitan religiosamente.
Esta hija de inmigrantes libaneses
Sabrá captar con sus espátulas
Y plumas
Esa mágica luz, que es tan extraña,
Por cuya vista hubiera dado todo
La escuela impresionista,
De los atardeceres bogotanos.






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Omar Ortíz (Bogotá, 1950). Poeta y editor. Director de la revista Luna nueva. Entre sus libros de poesía podemos mencionar: La tierra y el éter (1979), Que junda el junde (1982), Las muchachas del circo (1983), Los espejos del olvido (1991), Un jardín para Milena (1993), El libro de las cosas (1995), La luna en el espejo (1999) y Los espejos del olvido (antología, 2002).
Amor y paisaje          Imagen
El primer plano del cuadro
Es un inmenso campo de caléndulas
Atravesado por una vereda
Que llega al pie de un añoso árbol,
¿Ceiba o Samán?
En su corteza se relata
Una historia de amor.
Pero el amor sólo cobra cuerpo
En el eterno balanceo del ahorcado.
 
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Juan Felipe Robledo (Medellín, 1967). Poeta, ensayista y profesor universitario. Ganó el premio internacional de poesia Jaime Sabines en 1999, con el libro De mañana y Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura con el libro La música de las horas.
 
Nos debemos al alba
Traicionar las palabras,
canjear su peso, su color,
en el sucio mercado de los días
es acto que nos llena de muerte
y ceniza y vago afán.
Ha de ser castigado
con el hierro, la soledad,
el tedio y la miseria.
Nos debemos al alba,
plateros, a la dicha,
y al canto y al remo
y al ensueño trazado en la garganta
y a mañanas sin prisa
en las orillas de un mar que ya no es.
Porque al final todo es olvido
para quien el tráfago su sangre dona,
a la parla chi suonay a conversaciones con tontos
y mercachifles
y comete delitos en descampado
con las pequeñas,
las terribles y mansas
y arteras palabras.

 
    Comienzo de semana
Definitivos en cada acción
y cada frase,
incapaces de dar el brazo a torcer,
llenos de furia y alegría
hemos de mostrar el sendero de la voluntad
olvidando nuestras pequeñas miserias,
nuestras historias de tres al cuarto,
pues ¿a quién le interesan
y a quién cambian?
Afásicos, renunciantes, nuestra vocación,
es la plétora en desierto,
el camino del cisne en un mar de plomo,
recordando sin términos máxima completa:
"convencer es estéril",
y volviéndonos a lanzar, sin consuelo,
desde el tejado,
completando el penoso círculo.

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Juan Carlos Galeano (Caquetá, Colombia, 1958). Poeta, traductor y profesor universitario. Miembro fundador de la revista de poesía Ulrika. Ha publicado: Baraja inicial (Poesía, 1986), El pollo sin cabeza de Charles Simic (traducción, 1999), Los muertos y los vivos de Sharon Olds (traducción, 2001), Polen y escopetas (ensayo, 1997) y Amazonia (poesía, 2003).
 
Mixed media
La cartelera del muchacho reúne la tierra y
///// sus/cosas.
Con la virgen hay un recorte a colores de Batman.
Casi podrán estar de picnic.
El padre y la madre sonríen junto a Bugs Bunny.
En el poster de Jurassic Park viven
///// bestias tranquilas
y estrellas distantes.
La mariposa con alfiler en el estómago se queja
todas las noches
Música
En la selva se oye la música de la barca subiendo
///// por el río.
A una orquídea le da por gritar de placer.
Muchos árboles están furiosos. No duermen bien
///// sus/hojas,
sacuden con rabia las raíces y le gritan a la barca
//// de la música.
A mi madre la Anaconda no le importa.
Ella vive muy ocupada dándole vueltas a la tierra,
cargando en su barriga los árboles, los animales y
///// la gente.
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Rodolfo Ramírez (Bogotá, 1973). Poeta. Realizó estudios de filosofía en la Universidad Nacional de Colombia. Director de la revista Taller de la hoja. Ha publicado: Tintasangre.
 
Mutación
Se desgaja la vida
cae de tajo
y estalla ilímite
en el blancosilencio de la hoja.
Se transfigura deformada
en un charlo de imágenes
de sombras.
Máscaras de otros.
Que son y no son
en la palabra hasta la palabra.



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